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  1. Feliz cumpleaños

    lunes, 6 de abril de 2015

    Te detienes justo enfrente de la puerta de madera.
    Hace mucho que no lo ves; ya hasta te sientes nostálgico tan sólo de pensar las cosas tan buenas por las que pasaron juntos. Es su cumpleaños y aunque sabes que no hará nada para festejarlo, llevas un regalo contigo. Un regalo, para él, amigo indiscutible, lo mejor que alguien, o tú, pudiera haber deseado en toda la vida.
    Sabes que le encantará, lo conoces demasiado, le fascinará el detalle y el hecho de que hayas llegado sin previo aviso. Haces un plan, uno bonito para llamar a la puerta: Tocarás, te esconderás y cuando él salga a confirmar quién lo busca, saltarás de la nada y con un grito de alegría y emoción, gritarás: "¡Felicidades!"

    Perfecto, escondes el regalo detrás de ti y te ocultas a un costado de la puerta. Tocas con una moneda el marco de la puerta, asegurándote que lo hiciste suficientemente fuerte como para que te escuchen.
    Después de unos largos minutos, nadie salió. Extrañado, vuelves a tocar perdiendo tu lugar de escondite; nadie sale. Entonces, con la misma moneda, vuelves a golpear la puerta. La puerta se desliza lentamente hacia dentro, estaba abierta.

    La casa en completa penumbra, sólo alcanzas a percibir las escaleras que dan justo enfrente de ti.
    Enciendes la luz y bajo un susurro de "permiso…" irrumpes en la casa de tu amigo. El primer lugar en el que buscas es la sala.
    -Él acostumbra estar ahí jugando en su ordenador y a veces con los audífonos a todo volumen, es normal que no me haya escuchado- piensas mientras atraviesas el pasillo y te diriges a la sala.
    Grande es tu sorpresa al no encontrarlo ahí.

    Colocas el regalo sobre el teclado del computador y tomas asiento para reflexionar un poco.
    -Tal vez salió, sus padres lo obligaron a ir a cenar con ellos hoy. Quizá le surgió un plan nuevo, de última hora y al no querer quedarse en casa, se fue. Mañana vendré a dárselo…- Te levantas, tomas el regalo que dejaste en la mesa y te diriges de vuelta la puerta.

    Al tomar la puerta del picaporte y quererla cerrar, escuchas ruidos venir del piso de arriba. Giras la mirada hacia los escalones, y deseando que sea tu amado amigo, cierras la puerta procediendo a subir las escaleras. Con suficiente confianza como para encender todas las luces que se te atraviesan en el camino, llegas al último dormitorio, si no mal recuerdas, es ahí donde duerme tu compañero del alma.

    La puerta está abierta y la luz encendida, tomas el regalo con ambas manos, dando un salto hacia dentro del cuarto y con un grito de emoción exclamas:
    ¡FELIZ CUMPLEAÑOS A…!

  2. Internet, ¿qué nos has hecho?

    viernes, 3 de abril de 2015

    En una época, en donde no nos hace falta mirar los ojos de una persona para enamorarnos perdidamente de ella; en donde las palabras sobran, pero las acciones escasean; en donde nunca faltan palabras para ofender y ofendernos. Nuevas sensaciones y más alegrías que cualquier cosa real nos llega a provocar. Nos gusta crear torbellinos en vasos de agua, torbellinos a los que sólo le damos importancia nosotros mismos. Queremos ser mares enteros, incluso océanos, pero ni a vasos de agua llegamos; aún incluso con nuestras olas dentro de él.


     Amiga mía, deja de llorar, ¿no ves que me rompes el alma en dos? A mí sí me importa, de verdad, lo que tú sientas. Ven, no te sientas mal, todo va a mejorar pronto, lo prometo. Ven, dame tu corazón, juro cuidarlo, lo llevaré a tierra santa en este recipiente de plomo. No tienes de qué preocuparte, yo prometo que cuando mueras guardaré tu corazón. Conmigo estará bien, no soy como el resto de las personas, soy único y especial, el indicado. Corazón valiente, atado a mí en una cadena, podremos hacerlo. Te prometo quererte, te prometo eternidad o por lo menos, 3 meses. Amiga, has de saber que tú eres y serás la única para mí; eres la que perfuma mi vida con el sueño de una flor. Vamos, no tengas miedo, inténtalo una vez más, yo te haré creer en el amor de nuevo. Quiero ser la excepción. Ahora no podré quererte como quisiera, pero verás que en un tiempo futuro, viviremos felices para siempre. Anímate, que yo te bajaré la luna, las estrellas y desbordaras tanta felicidad cuando te aplaste con ellas, cuando te desgarre el corazón con mis palabras y lamentos de amor. Vamos, que quiero destruirte cuando leas mis problemas, quiero agobiarte con la idea de que nunca me abrazarás o incluso besarás. Quiero ser la pantalla que te robe los suspiros, que te robe el tiempo, que te robe el pensamiento, que te quite el cuerpo y alma, así, justo como yo lo estoy. Para qué decírtelo, si ya lo sabes, que no tengo corazón. Por eso necesito el tuyo, para llenarme yo.


     No sé pero, pasar revisando Internet cada 5 segundos a la espera de alguna notificación, algún mensaje, alguna señal de que existimos para alguien, para sentirnos importantes, para sentirnos populares y así llenar nuestra propia soberbia. No, yo no puedo vivir así, mendigando opiniones para sentirme bonita o para sentirme querida. No quiero que sepan en donde estoy. No quiero exponer mis problemas y después decir que no se metan en ellos. No quiero que mi comida se vea bonita, que mis tacos se vean nostálgicos. No quiero enseñarle al mundo cómo hacer un cereal con leche o documentar mi vida. Mucho menos quiero que me vean hablando solo, con pedazos de plástico en las manos y gritándole a un cristal. No quiero hablar con aparatos, tampoco pasar horas sentado en una mesa en completo silencio. No quiero mirar gatos diabólicos, gente decapitada, top's de cosas perturbadoras, caídas graciosas, Fail's, Win's, Pornografía, Gameplays, Cover's, modas estúpidas. Nada de eso.
    Sólo quiero.… que me dejen en paz. Internet, no te metas conmigo y yo no me meteré contigo. ¿Por qué es tan difícil de entender? Devuélveme mi tranquilidad, mis tardes solitarias, mis lágrimas, mis risas, mis desesperaciones, mis angustias, devuélveme a mí.