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  1. Huesped en casa propia.

    lunes, 13 de octubre de 2014


    Heme aquí, en un lugar solitario, donde no puedo ver ni un alma, me falta destino, me falta un origen, solo puedo escuchar mis pasos, no reconozco nada, ni una calle, ni un jardín. Creo que a esto le llaman estar perdido.
    Yo… no recuerdo cómo es que llegue aquí, solo recuerdo que estaba con unos compañeros, estábamos… no. Estaban ellos platicando, riendo, conviviendo. Creo que fue por eso, sí. Estaba sentado mirando saltando la vista de un lado a otro esperando encontrarme con algo conocido de ellos, pero no, no pude. Ahora son unos conocidos extraños para mí. Solo podía ver cómo es que ríen y hablan recordando equis situación en la que yo no estuve, en la que no participe, en las muchas veces que falte. Son buenas personas, no me lo recuerdan, pero a pesar de que los recuerdo, no los conozco. Hay personas que llegaron después de mí y ahora ocupan un lugar más importante. ¿Por qué me afecta? Acaso no puedo conformarme con mi estadía, tal vez soy yo el que está mal, soy el malo esperando que ocupen un lugar que está realmente vacío, es como si quiera tapar un hoyo con palabras. Sé que no necesito a nadie para estar completo, pero.. Por qué me siento así, en un lugar que antes era tan rutinario para mí, ahora es desconocido.
    Seguiré caminando a ver si puedo reconocer una hoja. De unas tantas vueltas encuentro un tallado en un árbol, tiene mi nombre y otro conjunto de palabras que no puedo leer. Recuerdo que le jure amor a ese conjunto de palabras, a ese conjunto de sucesos, a ese conjunto de coincidencias, a ese conjunto de mentiras que en el fondo, eran verdad. Me siento bajo aquel árbol que lleva tatuado una mentira y mil recuerdos, mil confesiones. Me pongo a meditar y a contarle versos a aquel tronco como si pudiera escucharme, como si le interesara lo que tengo que decir, como si realmente le interesara yo.

    Bien mi querido tronco, que puedo decirte. Tú que todo lo vez y todo presencias con tanta dedicación, aunque no quieras. ¿Qué es el amor?¿Que significa decir te amo?¿Que significa jurarse dolor y compañía al mismo tiempo?
    Para decir te quiero, verdaderamente hay que sentirlo y saber ¿por qué sientes eso por la persona? Puedo asegurar que no era una mentira, o bueno, no lo sé. Lo que sí sé es que soy una mala persona, una mala decisión, una mala compañía, una mala coincidencia. Se lo dije, recuerdo muy bien que se lo asegure tantas veces como podía. Pero.. No me hizo caso. ¿Qué mala racha no? Se lo advertí, se lo asegure y paso. Ahora, bueno, ahora ya puedo decir que todo paso. Por eso vengo mi querido tronco a contarte con mucha tranquilidad. ¿Qué? ¿A qué te refieres con eso? Claro que no sonreí. Estas equivocado. ¿Qué?¿Qué que pasaría si la tuviera enfrente?... Mmm. Probablemente nada. No, no pasaría nada, no soy de los que luchan por sus sentimientos egoístas, porque eso es amar, eso es querer, el amar una persona es querer raptarla de su vida para meterla a la fuerza a la tuya, aunque ella no quiera, y a veces. Ni aunque tú mismo quieras.
    Te seré sincero, le mentí, pero mentir está bien.. ¿No? Siempre y cuando sea para un bien, juro que lo menos que quería era hacerle sufrir. Pero al ser tan idiota se lo hice, pero también parte de eso era mi promesa, prometí que nos haríamos daño, y bueno, por lo menos esa parte de las promesas cumplimos. Pero déjame que te explique, también amar es querer a alguien sobre todas las cosas, y lo que quería para ella era lo mejor. ¿Ya te dije? Bueno, te lo digo ahora, yo no soy lo mejor. Yo no soy de contar cosas bonitas, ni tampoco el de ser directo, es por eso que te lo digo a ti mi amigo inanimado, sé que tú no te puedes mover de aquí, y aunque ella venga y se siente aquí mismo donde yo estoy ahora no podrías decirle, porque eres un buen amigo, porque sabes guardar secretos, porque tu no críticas, escuchas, resguardas, proteges a todos por igual y aunque solo vengan a hacerte daño, tú no perderás tu postura ni un segundo. Es por eso que te admiro amigo de madera.
    Y bueno, respecto a cuando digo que le mentí, le mentí cuando volví a hablar con ella. Yo le mentí diciéndole que no la quería para que olvidara todas esas estupideces relacionadas a mí. Para que pudiera seguir con su vida. Y si, aunque me hizo jurar que solo le dijera la verdad, le mentí. Ya lo había hecho por muchos años, ¿por qué no una vez mas? Además, era con un buen fin. Hoy, he visto los frutos de todo lo que hice, ahora ella esta con alguien más y me da gusto por ella, porque eso es lo que quería para ella. Ella no requiere de alguien estúpido que le esté cometiendo errores a cada rato y luego intente taparlos con mentiras, ella no necesita sufrir, ella necesita avivar esa alegría y esa risa que me llenaban tanto, necesita que sus bromas pueda decirlas segura, no tiene que preocuparse por lo que vayan a pensar o decir después de haberlo mencionado, ella necesita ser feliz. No necesita baches "bonitos" en su camino.
    Ella, merece ser feliz.

     Después de decirle esas últimas palabras a mi amigo de madera, no recuerdo más. No sé cómo llegue hasta aquí, recorriendo calles, pateando piedras, escuchando música en los auriculares, pensando en todo y en nada, anhelando la vida que una vez tuve, anhelando el día que deje de hacer estupideces, el día que pueda dejar de ser una vil mentira y pueda tener vida. Tal vez… Tal vez ese día nunca llegue, por lo único que debo preocuparme ahora es por saber cómo regresar a casa. Así que como todos los días, adelanto la canción y bajo las liricas de las melodías, intento remplazar todo lo malo que hay dentro de mí, aunque solo sean 3 minutos. Aunque después vuelva el sentimiento de estar perdido.



  2. 8 de octubre.

    miércoles, 8 de octubre de 2014


    Era una tarde como cualquiera, en la que iba un niño sonriendo por la calle sin motivo, sin razón, sin causa. Tenía 14 años, que pequeño, lo sé. En ese tiempo no sabía ni como limpiarse la cara completamente. Movido por las modas vio una puerta, y por curiosidad de lo que esa puerta tan desconocida, entonces, ofrecía, quiso ir más allá de su día a día y se creó otra vida, una virtual. Indeciso por a quien entregar su alma, se entregó a los dos sin saber que una de esas puertas a las que entregaría su alma; no solo le robaría eso, si no también, la vida y el corazón.
    Después de dos meses, fue entonces cuando una niña, tocó a la ventana de aquel cuarto al que se vio confinado por el resto de su vida.
    -¡Hola! ¿Quién eres!
    Dijo la niña casi gritando. El niño solo pudo escuchar unos cuantos ruidos, pues no entendió lo suficiente como para contestarle, pero sí como para que llamara su atención. La niña, al saber que no podría escucharlo decidió escribir unos cuantos mensajes para aquel niño; el niño correspondió la idea. Las horas pasaban volando y sin darse cuenta, la hora de despedida llego, para entonces, quedaron en verse una vez más al día siguiente.
    Y a lo largo de los días, de repetir el maravilloso suceso tan frecuentemente, el niño se puso a pensar que todo lo que conocía no sirvió para nada, que todo lo que le rodeaba no era verdad, y sólo creía en aquella chica y la verdadera felicidad, que hasta entonces, nunca había experimentado realmente hasta que ella apareció. Aquella pareja, apresuro todo, desde los sentimientos hasta las palabras. Él hacia planes y ella los destrozaba de una manera tan hermosa que solo lograba que aquel niño se aferrara más, a ella y la brillante idea de ser feliz así, solo platicando con ella.
    A ella se le mostro un lado que nunca antes había salido a la luz, la parte de un soñador con expectativas, de un hablador que por ella… sólo por ella, estaba completamente perdido.
    Paso un año de vivencias y dulces recuerdos, pero recordemos que no todo en esta vida es bonito. A aquella niña de letras tan dulces, la vida comenzó a cobrarle todo lo bonito que le había dado, pues así lo determina la ley de los principios equivalentes en la Alquimia, pero aquello no eran obras del destino ni de los alquimistas, sólo paso porque sí, porque así de simple es la vida.
    La vida le quito casi todo, y fue entonces que la niña dejo de irradiar aquella felicidad tan característica de ella. Dejo de ser sensible, se volvió más seria y mucho más fría. Al ver el cambio tan radical que tuvo, el niño intento dar todo de sí, para rellenar todo ese vacío que la vida había dejado, pero al parecer, era tan grande que cuando menos lo pensó, él había quedado más vacío. Él se enamoró de la niña más insegura, queriendo con todos sus defectos, sus miedos, sus secretos, sus monstros. Él se enamoró de su infierno y con los muchos ánimos e intentos de aquel niño, ella logro avanzar y sobrevivir, pues sabía muy bien que el fin del mundo no era, que le faltaba mucho por vivir, o al menos, eso pensó el niño.
    El cambio fue grave y también muy asombroso, él pasó a ser el desprotegido que se apoyaba en las letras de la niña, hubo un tiempo en donde sólo de eso vivía. Para entonces, ella era la valiente, la fuerte, la sensata, ella tenía todo aquello que él no podía ni pronunciar. Él no tenía nada más que a ella, pues sólo estaba encerrado en aquella habitación, leyendo los letreros que ella deslizaba debajo de la puerta. La imaginación se mezcló con la realidad. Y cuando él más la necesitaba, ella se fue. No una, no dos, ni tres… 4 veces fueron. A veces una ocasión duraba más que el resto.
    Supongo que estas insignificantes letras no pueden contener ni mucho menos explicar el dolor y la soledad en la que el niño se sumergió. La realidad, tan corrupta como él la había engendrado llego a ser filosofía de vida, pues en su habitación, estaba bien; y al pensar que la niña a la que tanto quería nunca volvería, tomo todo lo que la hacía recordarla, y decidió irse de su confín. Metió aquellas hojas en el hoyo en donde se suponía estaba su corazón, pues ya no correría sangre por sus venas, si no la tinta de los carteles. Y así, con todo lo que había aprendido de ella, murió en la historia, murió porque eso que atestiguaba a diario no era vida, si no lo contrario.
    Ella volvió, y el niño añorando su felicidad de vuelta, regresaba cada vez a aquella habitación que lo aprisionó una vez, porque esas veces, eran completamente a voluntad.
    Así pasaron 2 años, entre vueltas y regresos, entre promesas y mentiras.
    Entonces, ya no eran unos niños, él ya había experimentado muchas más emociones vacías que el resto de la ciudad. Él la necesitaba más a ella que lo que ella lo necesitaba a él. En el último año, ya un poco tarde puedo decir completamente, que aunque la historia sea trágica para él y solo un drama para ella, podemos rescatar muchas cosas de aquí, aunque aún le costará un poco recuperarse poco a poco se nota el avance de aquel chico, podremos premiar el camino que llevara hacia la autosuficiencia. De ella, podemos felicitarla pues a pesar de las adversidades ha logrado saber conllevarlas y superarlas.
    Mi querida lectora, no pienses demasiado rápido, no digas que esto es una obra Épica, no. Esto es un agradecimiento, pues el niño, el chico. Puede agradecer todo lo que es y lo que será gracias a sus letras dulcemente frías. Por todo los sentimientos encontrados, superados y con los que aprendió a vivir. Por las emociones que sucedieron y las millones de sonrisas que llevan su nombre. Por las melodías que llevan su aroma, y por la voz, que nunca escuchó. 
    Todas y cada una de las palabras que nunca te dije, están en mi mente guardadas, escritas en paredes y en lugares para nunca poderlas olvidar.

    Fuiste mi primer y amor, eres y serás la única persona con la cual sentiré esa conexión tan fuerte que nos unió desde el primer momento. Aún no le puedo encontrar explicación al amor que nos tuvimos, siempre serás el amor de mi vida y de eso estoy seguro. Quiero que sepas solamente que aunque no esté contigo hoy o mañana, o dentro de diez años más; yo siempre voy a amarte. Estoy seguro que por el resto de mi vida seguiré pensando en ti, en mi alma gemela, en quién sabe tantas cosas pudimos pasar, cuántas mañanas pude decirte "Buenos días", cuántos "Te preparo un café?" pude preguntarte, cuántas noches hablando pudimos pasar, cuántos desvelos más, cuánto amor más. Pude decir tantas veces "Te amo" y puedo seguirlo diciendo pero no podrás escucharme ahora que no estás. Toda mi vida seguiré extrañándote y sé que toda mi vida te voy a esperar. Porque sé que tú fuiste mi destino y los destinos no se separan para siempre. No me importa si pasan veinte años yo estaré esperando que un día regreses a mi vida para poder ser feliz.

    Sólo quisiera que recordaras todos los días que te quiero y que nada lo va cambiar porque yo no tengo el poder de controlar lo que siento por ti. Siempre te querré y pensare en ti cada que pueda, estaré recordándote al menos una vez al día y deseo fuertemente que tú tampoco te olvides de mí, que aunque no estemos juntos, siempre sentiremos lo mismo que sentimos cuando nos hablamos desde la primera vez.


    Hoy ocho de octubre, se cumplen 4 años de haber conocido a la persona que sin estar aquí físicamente, fue, es y será la tragedia más bonita y hermosa de todas. Y así, como han pasado 4 años, espero que en el resto de mis años, su presencia sea tan perseverante como lo ha sido ahora.





    Con todo mi amor de relleno. Tar.